domingo, 17 de agosto de 2014

Y se hizo el reencuentro

Pues resulta que nada de lo que me esperaba resultó ser.

A veces somos demasiado fatalistas, pesimistas y es porque tememos que si nos sentimos muy ilusionados por algo, es muy probable que salgamos decepcionados si las cosas no son como uno las quiere.
Por eso en algunas ocasiones preferimos no esperar nada o esperar lo peor.

Yo personalmente esperaba lo peor del reencuentro con mis excompañeros de la escuela… Esperaba ver a personas que no me agradaban, sentirme incomoda, no poder congeniar con nadie, tener esas ganas de salir corriendo, en fin…

Sin embargo, ya pasó. Y resulta que fue bastante agradable. Fue poca gente y justo algunos de los que más me agradaban. Compartimos, nos pusimos al tanto, tomamos unas lindas fotos y ganamos más años con cada carcajada.


Y la cuestión es que esa cosa horrible llamada reencuentro fue más agradable de lo que esperaba, y me alegra muchísimo que así fuese.





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